Estas son algunas ideas en torno al nuevo trabajo deSoundgarden,«King Animal».
– Desde el momento en que anunciaron su reunión, nunca esperé que Soundgarden se base en la nostalgia, pero dudé que sus capacidades estuvieran intactas. Complacido veo que es todo lo contrario, Matt Camerontoca mejor que nunca, Ben Shepherdachorado en las cuatro cuerdas,Kim Thayillisérgico como siempre yChris Cornellrecuperando los bríos de sus buenos años.
– Al no ser una reunión nostálgica esperaba el álbum nuevo. Luego de escuchar«Live To Rise»supuse que, como todo en esta vida y como en cada uno de sus discos iba a palparse una lógica evolución. Si hay alguna conexión con su obra es la experimentación del«Down On The Upside», esperar que compongan un «Badmotorfinger»II en el 2012 era iluso.
– De los cuatro miembros de la banda los más activos han sido Cameron y Cornell. El primero ha cambiado su forma de tocar junto a Pearl Jam, de ese golpe seco y pesado se sus inicios al galopante de ahora, además de su manera de componer. Cornell pasó del rock duro de SG a la madurez de su primer solista, los devanéos de sus siguientes placas (ninguna pésima, con todo y Timbaland), y el reto de unirse a esa máquina bien engrasada y ponerse al frente de los restantesRage Against The MachineenAudioslave. Obviamente todo afecta, Soundgarden no sonaría como en 1996.
– Compararlos con sus congéneres es un capricho. Mientras Pearl Jam ha tenido una evolución constante sin interrupciones yDave Grohlen mayor medida obtuvo sus más grandes éxitos junto aFoo Fightersen la pasada década, empatar el regreso de SG con el deAlice in Chainses jalado de los pelos. AIC tuvo una agonía larga y fin abrupto con la muerte deLayne Staleyy, aunque soy de los que piensa queWilliam DuVallle ha hecho muy bien a la banda, el frontman natural esJerry Cantrell. Este último siempre le puso su firma a todas las composiciones y por ende sus discos solista no se alejan mucho de lo que proponía junto aMike InezySean Kinney, motivo por el que«Black Gives Way To Blue«tiene una fuerte conexión y se puede reconocer al AIC clásico. En Soundgarden la historia es distinta, son los cuatro miembros originales, los mismos que se separaron por el desgaste de esas primeras dos décadas de convivencia.
Conclusión: Escuchar el«King Animal»es una experiencia enriquecedora. Mi track favorito es «By Croocked Steps»y sólo puedo esperar el momento de verlos en vivo. Esperando un 2013 con nuevas placas y giras de Pearl Jam, Alice In Chains y Soundgarden yGrohl volviendo a los tambores con Queens Of the Stone Agesólo me queda pensar en la suerte de haber nacido el siglo pasado.
Siempre hay ejemplos a seguir, los encontramos desde el momento mismo de nuestra llegada al mundo cuando buscamos y nos reconocemos en la mirada de nuestros padres. Algunas otras formas de reconocerse las encontramos cuando, tiempo después de una experiencia (auditiva en este caso) vemos reflejadas visiones de nuestras vivencias.
Cuando las bandas capitales de la escena grunge de Seattle despuntaban en las listas de megahits del mercado norteamericano, habían unas cuantas agrupaciones que ya gozaban del cierto reconocimiento, tanto por kilometraje como por la extraña belleza de sus obras. Y tengan por seguro que cuandoChris Cornellbatía su larga cabellera en algún bar o teatro del circuito americano, ya estaban ahí varios de los futuros héroes que tomarían la posta, aprendiendo del maestro.
Badmotorfinger fue un cúmulo de experiencias agrupadas en doce cortes. Toda la carretera recorrida, los anteriores partos discográficos, la locura del momento que les tocó vivir; todo resumido en un álbum tan elemental, pulcro, tan necesario. La producción de Terry Date nuevamente acertada ya había marcado un giro en su anterior placaLouder Than Love, entonces era también lógico alcanzar mayor madurez por este factor, aparte del gran aporte del nuevo bajistaBen Shepherdquien cumplió el sueño de todo fan siendo reclutado por su banda favorita.
Y es que este disco tiene un encanto particular. Con tantos elementos que, en lugar de fragmentarlo, crean una unidad tan avasalladora como una aplanadora y tan potente como un motor en marcha.«Rusty Cage»es el tema inicio, una introducción desconcertante, tan desconcertante que años después el mítico Johnny Cash la haría suya con una versión hilarante. Hacia la mitad del tema se hace notoria la particularidad del sonido motorizado al que se refiere el nombre del álbum. Sigue «Outshined», todo un emblema noventero, un riff sencillo de tendencia sabbath del más black, espejo en el cual se reflejaron (y calcaron) miles de canciones en los años posteriores. Una letra tan ambigüa como encantadora (I‘m feeling that I’m sober even though I’m drinking, I can’t get any lower, still I feel I’m sinking… So now you know who gets mystified!).
Hablábamos de ambigüedades, pero hay poco de eso en «Jesus Christ Pose». Tema obviamente vetado por las cadenas musicales por su supuesta onda sacrílega (al igual que el penúltimo surco «Holy Water»), fue una pieza infaltable para desatar el frenesí entre la audiencia que veía como de una simple nota (el tan mentado drop d) se desgranaba una avalancha incontrolable de fuerza, cosa que no era del todo inusual si analizamos el toque que Date daba a cada producción que realizaba. Este tema, junto con el surco anterior, «Slaves & Bulldozers» (que en vivo era llevado al extremo, con Cornell parodiando a The Doors o a sus colegas de Pearl Jam) eran la demostración de cuan efectiva había sido la elección de productor.
Ese factor, el “en vivo”, fue fundamental para esta placa. Quienes hayan visto el home videoMotorvisionpueden dar fe de ello. Y un tema como «Searching With My Good Eye Closed» obviamente sufriría un cambio para bien cuando era formulada para ser digerida por una masa ansiosa de locura. Una canción a lo Zeppelin que durante toda la gira de promoción fue el disparo inicial, el grito de batalla con el propio Satán induciendo al tema.
Elementos nuevos estaban presentes, tanto el composición como en temática. Claros ejemplos «Face Pollution», «Drawing Flies» y «Room A Thousand Years Wide», que contaban con la presencia de vientos. Este último tema también hacia referencia al nuevo elemento en la alucinada pluma de Cornell, la inquietud y desolación que encontraba en los sentimientos más desbordados en los que se inspiraba (amor, soledad, muerte, incredulidad, ese tambien…) Dando vueltas a los versos de «Mind Riot» , «Somewhere» o «New Damage» comprenderás un poco más.
En fin, una banda que a primera impresión parecía tener tan pocas pretensiones y que con el paso del tiempo fue mejorando como el buen vino, dando su canto de cisne en Superunknown y logrando la madurez perfecta en Down On The Upside.Kim Thayilbrindándonos una amalgama de hard rock, psicodelia y metal, embriagado de Iommi y Page pero con suficientes huevos underground como para no desprender los pies del suelo. Chris Cornell en el cenit de sus facultades vocales, que no abrumaban como antaño pero asombraban por su mayor control sobre los mismos.Matt Cameron, siempre siendo Cameron, un ciempiés (y cien brazos) en los tambores y el alucinado Ben Shepherd, demente en las cuatro cuerdas tanto en estudio como sobre el escenario. Una joya de disco, un monumento de banda.
Lanzamiento: Octubre 8, 1991 (US) – A&M Records 75021 5374 1 Duración: 57:48
Chris Cornell– Vocales, Guitarra Kim Thayil– Guitarra Ben Shepherd– Bajo Matt Cameron– Batería
Músicos Adicionales: Scott Granlund – Saxófono en “Room A Thousand Years Wide” y “Drawing Flies” Ernst Long – Trompeta en “Face Pollution”, “Room A Thousand Years Wide” y “Drawing Flies” Damon Stewart – Narración
Producido por: Terry Date y Soundgarden Asistente de Producción: Larry Brewer Ingeniero Adicional: Efrén Herrera Grabado en: Studio D,Sausalito, CA;Bear Creek Studios,Woodinville, WA. 1991 Grabación Adicional:A&M Studios,Los Angeles, CA. Mezclado por:Ron St. Germainen Can Am Studios,Tarzana, CA. Asistente de Mezcla: John Jackson Masterizado por: Howie Weinberg en Masterdisk, NY. Dirección de Arte: Len Peltier Ilustración: Marcos Dancey Fotografía: Michael Lavine